No defraudó Rafael Martin, director conservador del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, en la conferencia que dió ayer en las instalaciones del Club Náutico Sancti Petri. Su exposición fue un magnífico ejercicio didáctico y pedagógico, que mostró las maravillas naturales desconocidas que ofrece este parque, describiendo endemismos biológicos en peligro de extraordinaria importancia, espectaculares paisajes únicos en el mundo o según su encendida defensa, «la única playa realmente salvaje que tenemos en la provincia de Cádiz, la punta del boquerón».
Pero también Rafael resaltó algo que no se tiene en cuenta a menudo de los parques naturales: » Al igual que los museos, existen para el disfrute de los ciudadanos, sin esa condición, no tendrían sentido, no existirían, no se entiende» – defendió con firmeza Rafael – «un Museo Del Prado que no pudiera visitarse por el público, pero, resaltando que estos espacios naturales públicos deben ser cuidados y respetados por los visitantes, los usuarios de los mismos».
Una parte importante de su discurso, fue una comprometida defensa de la inversión privada en los espacios naturales protegidos, en concreto en el parque, después de resaltar la imprescindible acción humana y económica en la creación de este espacio natural, defendió que solo la inversión pública y sobre todo la privada pueden mantener y salvar el parque, en contra de una creencia popular, las inversiones empresariales en actividades económicas sostenibles y compatibles son la mejor garantía de futuro que puede tener este espacio natural, ademas de suponer una importante aportación a la economía local.
El ponente terminó marcando unas líneas de lo que debería ser la acción futura de la actividad de los distintos protagonistas de la gestión del parque, la cooperación y coordinación de actividades compatibles basadas sobre todo en la información y educación del público usuario y de las entidades que realizan sus actividades en el entorno del mismo.
Ya solo nos queda la última, sobre un hecho poco conocido acaecido en un lugar muy transitado por nuestros socios y amigos, el arrecife del castillo de Sancti Petri.
Alejandro Gandúl Hervás, investigador naval nos hablará del naufragio de un buque en el arrecife del Castillo de Sancti Petri el 6 de Diciembre de 1738.



